El Virus del Rugoso del Tomate, también pude ser identificado por sus siglas en inglés “TBRFV”, es un patógeno que pertenece al género de los Tobamovirus. En este grupo podemos encontrar 37 virus de importancia, sobresaliendo el Virus del Mosaico del tabaco (TMV) y el Virus del Mosaico del Tomate (ToMV), los cuales afectan a las solanáceas, cucurbitáceas, entre otras plantas.
El TBRFV es un virus relativamente nuevo, su peligrosidad se basa en su capacidad de vencer y superar fácilmente todas las resistencias genéticas conocidas para el género de los Tobamovirus. Las pérdidas económicas generadas por él, son muy graves al reducir drásticamente el rendimiento, además de afectar la calidad de la fruta al perjudicar su apariencia.
Origen y llegada a México.
Se observó por primera vez en 2014 en Israel, un año después fue aislado e identificado en Jordania. Desde entonces se tiene reporte de su presencia en Alemania, China, Holanda, Grecia, Italia, Reino Unido, Turquía, España y México. En el caso de nuestro país se cree que llegó directamente de Israel, ya que entre 2014 y 2018, se importaron 3 toneladas de semillas de jitomate y chile.
En México se detectó por primera vez en 2018, en el municipio de Yurécuaro en el estado de Michoacán y el problema fue originado por semillas contaminadas, hoy en día se tiene reporte de la enfermedad en 20 estados, afectando a cultivos dentro de invernadero y a campo abierto de jitomate, chile y berenjena.
Síntomas.
Las plantas infectadas de este virus presentan síntomas muy parecidos a los generados por Virus del Mosaico del Tomate, desarrollando síntomas en fruto, hoja y cáliz. La diferencia entre ambos virus es que el rugoso, como lo mencionamos anteriormente, tiene la capacidad de enfermar a variedades con resistencia y a su vez producir daños más fuertes.
Hoja:
– Se presentan mosaicos (combinación de colores: verde-verde oscuro, verde-dorado y verde-amarillo) de leves a severos.
– Algunas veces las venas de las hojas se tornan amarillentas.
– La enfermedad se manifiesta principalmente en las hojas jóvenes.
– Presentan un menor tamaño al habitual, con textura fibrosa, se enrollan y son alargadas.
– La yema del ápice y los brotes nuevos se llegan a marchitar.
Fruto:
– La superficie toma un aspecto rugoso, síntoma que le da el nombre a la enfermedad.
– Se forman decoloraciones en tonos marrones y manchas amarillentas.
– Por dentro tienen un aspecto corchoso y seco.
– Su tamaño es pequeño, deformados y su maduración es irregular.
– Se llegan a presentar abortos.
Cáliz:
– Se producen lesiones necróticas (muerte de tejido).
– Toman un color pardo las puntas de los sépalos (“pétalos” verdes en la base de la flor).
– Terminan por secarse, tanto el cáliz como el pedúnculo.
La agresividad o severidad de la enfermedad es más fuerte cuando el cultivo experimenta periodos de estrés como; temperaturas elevadas durante el verano o cuando descienden considerablemente en invierno. Las condiciones de luz, el estado de nutrición, la carga de fruto y hasta la misma variedad del cultivo inciden en la aparición de los signos de la enfermedad.
Se puede presentar durante cualquier etapa de desarrollo de la planta, pero los síntomas más fuertes se ven en plantas jóvenes. Después de la infección, los primeros síntomas se comienzan a desarrollar entre los días 12 a 18.
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Hidroponía, C. (2023, 4 mayo). Virus Rugoso del Tomate: Un Enemigo de Mucho Cuidado. Parte 1. https://hidroponia.mx/virus-rugoso-del-tomate-un-enemigo-de-mucho-cuidado-parte-1/